SANTIAGO DEL ESTERO.- El remisero Mario Rojas, confesó que asesinó a la maestra jardinera Fabiana Raimundo Corral luego de estar con ella en un motel, y dijo que lo hizo para pagar una "curación" porque le habían "hecho un mal". La mujer, que fue pareja de Rojas durante cuatro años, fue encontrada descuartizada en Santiago del Estero.

El remisero contó que, luego de la rupura, entró en un profundo pozo depresivo y comenzó a bajar de peso. Al tiempo, un compañero de trabajo, Guillermo Pereyra (que está detenido), le ofreció participar de las reuniones de un culto umbanda para solucionar su problemas. Dijo que cuando "lo curaron", le pidieron que entregara en pago la vida de alguien a quien quisiera mucho, según el diario "El Liberal".

En una de las reuniones, uno de los líderes le dijo a Rojas que alguien le había hecho un mal para que muriera "seco", es decir, con la pérdida gradual de kilos. Cuando empezó a mejorar, le advirtieron que, a cambio de los "beneficios" que recibía, debía asesinar a la personas que más quería para ponerla como "ofrenda". El remisero dijo que fue Lucrecia Ledesma, pareja de Pereyra, quien le dio esa indicación.

Los investigadores determinaron que el remisero y Raimundo fueron a un hotel alojamiento el jueves pasado. En otro lugar los esperaban Pereyra, Ledesma y otras dos personas, también integrantes de la secta umbanda. En un predio del Golf Club secuestraron dos jeringas con las que habrían inyectado a la docente. También encontraron una sustancia desconocida para los peritos, según el diario "Panorama":

Allí, la maestra recibió una brutal golpiza y luego la sedaron y asifixiaron. Los investigadores intentan conocer si la maestra jardinera murió en un predio de la capital santiagueña, donde fueron encontradas las jeringas, o en el departamento donde fue encontrado el cuerpo el viernes pasado.

El rostro de Raimundo estaba irreconocible su rostro, no tenía el cuero cabelludo, le habían sacado piel del cuello y tórax, y sufrió la amputación de sus senos. A partir de lo que contaron dos de los cuatro acusados, acostaron a la víctima en el piso del asiento trasero del remís de Pereyra y la trasladaron hasta Villa Robles, donde se encontró el cuerpo. (Especial)